miércoles, 29 de diciembre de 2010
Ya nos acostamos nerviosas, era la víspera de Domingo de Ramos. Ese día en mi casa toda estrenábamos la ropa, mis dos hermanas estaban de los nervios y yo feliz de pensar que maña estrenaría el vestido azul celeste con un peto de punto de cruz que me encantaba. Por la mañana muy temprano ya se oía a mi madre trajinar por la cocina, de repente entra en nuestra habitación y con una sonrisa que le caracterizaba su siempre buen humor, “ niñassssssss, arribaaaaaaa”, que hay que ir a la procesión” de un salto y dándonos empujones mis hermanas y yo salimos en pijama al comedor, ya estaba preparado el desayuno, ummmm… que olor a pan torrao, un baso de leche con un poquito de achicoria y un trozo de pan con aceite y sal. Mi madre corrió la cortina y se asomo por la ventana “niñas hace un día precioso” dejo la cortina abierta, mientras nos tomábamos el desayuno, el sol se deslizaba por la mesa del comedor, en esos momentos llego mi padre, ya había echado de comer a los animales y se sentó con nosotras, sacó la navaja, tomo un pedazo de pan y un trozo de tocino, y se puso con nosotras, mi herma mayor, se reía de él por que al quitarse la boina el pelo se le había quedado como de un payaso, mi padre aguantaba las burlas y se reía con nosotros.
Daos prisa dijo mi madre, ella se adelanto a nuestra habitación y puso los vestidos de cada una encima de la cama, no dejábamos de reírnos ni un solo segundo, para, mi madre era como estar domando a tres potrillos, y mi padre todo orgulloso mirando de reojo, (repizco de pan y pedazo de tocino, todo a la boca, y luego un trago de vino, siempre de la botella y con una caña puesta para poder beber a gallete). Mi madre nos dijo; ir a la misa y después de la procesión no entreteneros y volvéis rápido para la casa.
Nuestra casa estaba a unos dos kilómetros del pueblo, el camino esta pegado a la acequia y eso a mi madre le daba mucho miedo, pero ella no podía venirse con nosotras porque tenia muchas cosas que hacer, bueno, eso es lo que ella decía, ahora con el tiempo me doy cuenta de que lo que pasaba era que no tenia vestido para ese día y le daba vergüenza, todos sus ahorros se los gastaba en que fuéramos bien guapas y limpias a la procesión del Domingo de Ramos.
Ya de regreso a casa, por la vereda, íbamos cantando y cogiendo flores del camino, nos las poníamos en la oreja y siempre, siempre sonriendo. En el horizonte se veía un nubarrón negro, tan negro que mi hermana Isabel miró al cielo y dijo; parase que va a llover, daos prisa que nos queda mucho, nada mas decirlo, alargo el brazo con la palma de la mano abierta y de nuevo dijo,”vamos deprisa que nos mojamos” de repente un viento húmedo con olor a tierra mojada, a lo lejos se veía llagar un chaparrón impresionante. Correr, correr, ¡¡dios mío!! nos vamos a mojar los vestidos, vamossss, correr, yo salí corriendo con mi hermana Isabel, pero mi hermana Ani se quedo detrás, llovía a cantaros, ya habíamos llegado a la casa, mi madre nos abrió la puerta corriendo nos dio una toalla a cada una, salio a la puerta buscando a mi hermana pequeña, a mi madre se le salía el corazón, ella le gritaba ,” correeee, pero chica correeee… no lo olvidare en mi vida, la lluvia caía a cantaros y ver a mi hermana, andando despacio, de vez en cuando habría las palmas de las manos para acariciar la lluvia, miraba para arriba y dejaba que la lluvia se deslizara por su cara, bebía y sonreía, mojada hasta los huesos, con los zapatos llenos de barro y seguía caminando muy despacio, no lo olvidaré nunca verla con solo doce años acariciar la lluvia, en esos momento era la dueña de la naturaleza, la disfrutaba, la dominaba, no le importaba nada mas que el momento, estaba tranquila, toda mojada, con el pelo chorreando y siempre sonriendo. Cuando llego a la casa, mi madre no dejaba de reñirle. Le gritaba, “loca estas loca” ella se sentó en la mecedora del comedor y liada en una manta se balanceaba, y sin decir ni palabra seguía balanceándose y sin dejar de sonreír……………………
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