El verde del recién crecido trigo, el azul del cielo, y esas señoras palmeras. No me digáis que no son bonitas. Esta casa, esta para sentarse frente a ella y quedarse viendo un atardecer, o un amanecer, o si te atreves hasta una noche de luna llena, al descubrirla desde lejos ya me di cuenta de lo guapa que era. Podéis ver la frondosidad de las palmeras, debe de hacer años que no las podan y como se puede apreciar están mas guapas sin podar que cuando les quitan la hojas. Para llegar a ella es una odisea de veredas y caminos, que parecen un laberinto y con la mayoría de ellos con una cadena, es cuestión de buscar y encontrar por donde se puede pasar, también puede uno acercarse dando un largo paseo y de paso seaprecia la naturaleza desde mas cerca. Como cada Casa que os presento es una aventura llegar junto a ella, por cierto si la encontráis darle recuerdos míos y le podéis decir que volveré esta primavera.
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